Un preclásico destacable del concepto de emprendimiento fue Richard Cantillon (1680-1734), economista irlandés que escribió el libro “Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general”. Cantillon hizo una gran fortuna como banquero anticipando la caída del sistema financiero parisino de John Law. Indudablemente se hizo enemigo de John Law, financiero y banquero escocés conocido por su reputación en los duelos entre caballeros. John Law era partidario de aumentar el dinero de la nación para estimular la actividad económica. Tras la muerte de Luis XIV, la economía francesa estaba estancada y con deflación, y el duque de Orleans, entonces regente de Francia, le encargó a Jonh Law que pusiera en práctica sus teorías. Así John Law fundó el banco privado llamado Banque Generale en 1716 (Cabrillo, 2006). Más tarde este banco se nacionalizó con el nombre de Banque Royale. John Law estuvo al frente tanto de la época privada como de la pública hasta que el banco quebró. La quiebra tuvo su origen en una sociedad de la expansión francesa en la Luisiana, denominada Compañía de Occidente y luego Compañía de las Indias. Las acciones empezaron a subir de valor ante los rumores de esplendorosas ganancias y llegaron a tener un valor casi 40 veces el inicial. La burbuja generada era tal que cuando estalló John Law intentó hacer frente emitiendo billetes desde su banco, con ellos compró títulos para frenar la bajada de cotización. Los títulos no obstante perdieron su valor, la bajada fue del 97% y John Law huyó a Bélgica (Cabrillo, 2006). Cantillon ya predijo los efectos inflacionistas de aumentar el dinero en circulación y el desastre al que conduciría John Law. No sólo se ganó como enemigos a John Law y sus seguidores, incluído el duque de Orleans, se ganó también un buen número de enemigos que quizá pudieran estar implicados en su muerte en un incendio de su casa. La policía detuvo a los criados por haber acuchillado a Cantillon y provocar posteriormente el incendio para eliminar las pruebas (Cabrillo, 2006). En un juicio posterior los criados fueron absueltos. Había además un sospechoso en paradero desconocido que había sido su cocinero, Joseph Denier. Este cocinero había sido despedido diez días antes del incendio. Meses después en la colonia holandesa de Surinam, en América del Sur, apareció un misterioso hombre que se presentaba como el Caballero de Louvigny. Cuando el gobernador de la colonia se interesó por saber más acerca de aquel individuo el Caballero de Louvigny desapareció dejando en el lugar donde se ocultaba documentos de Richard Cantillon. Quizá algún día sepamos si aquel caballero era el cocinero o el propio Richard Cantillon, quien después de fingir su muerte había escapado a América para huir de sus enemigos (Cabrillo, 2006).
La estructura del sistema económico que plantea Cantillon en su obra es jerárquica. Los terratenientes ocupan el lugar superior en el orden económico y social. Los derechos de propiedad privada para Cantillon son esenciales para el buen funcionamiento económico de una sociedad.
Los orígenes de los derechos de propiedad provienen según Cantillon de patrones de localización de los asentamientos humanos y de las actividades económicas. Así los orígenes de los derechos de propiedad nacen en las primitivas aldeas, se trasladan y amplían en los burgos y en las ciudades. Con el tiempo señala Cantillon que existe una tendencia a la concentración de derechos de propiedad.
Para Cantillon todas las clases sociales dependen para su sustento de la clase de los terratenientes. La demanda de los terratenientes es la que determina, en última instancia, la asignación de recursos de la economía e incluso el tamaño de la población.
Todos los bienes para Cantillon tienen un “Valor intrínseco” (coste de producción) y un “precio de mercado”. Los valores intrínsecos los contempla como valores tendenciales, pero el precio de mercado no tiene por qué coincidir con ese “Valor intrínseco”. La tierra es la medida universal del valor. Es lo que se conoce como la teoría del valor-tierra frente a otras teorías del valor como la teoría del valor-trabajo de Marx.
Cantillon aborda los determinantes de la cantidad de dinero y de la velocidad de circulación. Así como, los efectos de las variaciones en la velocidad de circulación sobre los precios.
Los efectos de un aumento en la cantidad de dinero sobre los precios pueden variar dependiendo de dónde proceda ese incremento. Si tiene su origen en la producción nacional de oro, los efectos serán esencialmente inflacionistas, aunque Cantillon reconoce también la posibilidad de efectos distributivos. Si el incremento procede del comercio exterior (balanza comercial favorable), Cantillon defiende la existencia de un efecto expansivo sobre la producción y el empleo.
El planteamiento de Cantillon respecto al comercio internacional se aproxima a la doctrina del “specie-flow”.
Cantillon introdujo por primera vez, en la literatura económica del siglo XVIII, el término emprendedor. Su aporte ha sido verdaderamente relevante para comenzar a comprender el concepto de emprendedor y el papel que desempeña el emprendimiento en la actividad económica.
Cantillon define al “entrepreneur” como el “agente que compra los medios de producción a ciertos precios y los combina en forma ordenada para obtener de allí un nuevo producto”. Distingue que el emprendedor, a diferencia de otros agentes, no posee un retorno seguro. Afirma que es él, quien asume y soporta los riesgos que dominan el comportamiento del mercado.
Cabrillo, F. (2006): Los economistas extravagantes. Edita libertad digital y Hoja perenne.
Escrito por Pablo Coto Millán. Director del máster de comercio, transportes y comunicaciones internacionales. Master Transcom de la Universidad de Cantabria.
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