Tirole (1998) opina que en la Organización Industrial han existido dos oleadas de interés. Aquí se añadirá una tercera oleada que da lugar lo que ahora denominamos Nueva Organización Industrial.
La primera oleada la inician Bain y Mason, en 1968, quienes sistematizaron los aportes realizados por numerosos autores en lo que se conoce como la Escuela de Harvard. En la School of Law de Harvard comenzaron a estudiarse los casos analizados por la justicia en aplicación de la Ley Sherman de 1890 y de la Ley Clayton Antitrust de 1914. Esta última Ley prohibió además de la fijación de precios, las adquisiciones y fusiones que disminuían la competencia. Los casos pasaron de la School of Law a la Shool of Business de Harvard con la conocida tradición del estudio del caso como metodología de estudio e investigación. Por eso la Escuela de Harvard es esencialmente empírica. Con el tiempo en la Escuela de Harvard se estableció el paradigma conocido como Estructura-Conducta-Resultados (E-C-R) como el elemento básico de análisis y evaluación de los mercados. Este es utilizado, además, para investigar las relaciones entre la estructura industrial, la conducta y los resultados obtenidos por el subsector correspondiente.
Según el paradigma E-C-R debe partirse del estudio de las variables que conforman la estructura del mercado: número de compradores y vendedores, grado de diferenciación de los productos, barreras a la entrada, tecnología empleada y grado de integración vertical. Estas características estructurales obligan a las empresas presentes en un sector particular a manifestar un comportamiento competitivo concreto que repercute, en última instancia, en sus resultados y tasa de beneficio.
El análisis del paradigma E-C-R en la parte correspondiente a la conducta se refiere a cómo se comporta el emprendedor y su empresa ante sus competidores fijando precios, por ejemplo, los fija como un porcentaje de mark-up sobre el coste medio, o decide otra política de discriminación de precios. También en la conducta del emprendedor está la estrategia de marketing que decide adoptar para promocionar sus productos y su marca como emprendedor y/o como empresa. También se incluye en Conducta el comportamiento estratégico del emprendedor como inversor en I+D+i, o en otros activos específicos para diferenciarse o monopolizar alguna patente.
Respecto a los resultados en este paradigma de E-C-R se estudian el significado de los resultados de una industria en términos de la eficiencia estática y dinámica del funcionamiento de la industria, tanto eficiencia técnica como asignativa y económica. Se estudian y miden los resultados aproximando el análisis de bienestar del conjunto de la sociedad por los excedentes de los consumidores y productores. Finalmente, un resultado a estudiar de sumo interés es medir la tasa de introducción de nuevos productos en la industria como un resultado de la industria.
Tirole (1998) destaca una segunda oleada en los estudios de Organización Industrial en los años setenta que tuvo un desarrollo más teórico frente a la insatisfacción de los estudios empíricos de corte transversal. Además, se comenzó a utilizar la teoría de juegos no cooperativos como herramienta para el análisis de los conflictos de naturaleza estratégica. Por otra parte, a partir de los años ochenta se desarrollaron las áreas de la dinámica y la información asimétrica.
Este paradigma de E-C-R de la primera Organización Industrial evolucionó en los años noventa hacia una tercera oleada de estudios –siguiendo la terminología de Tirole de primera y segunda oleadas- que dio lugar a la Nueva Organización Industrial donde se ha afianzado la convergencia entre los otros dos enfoques alternativos de las Escuelas de Chicago y Austria que habían centrado el debate durante mucho tiempo. El primer enfoque es el de la eficiencia, más propio de la Escuela de Chicago, según el cual la estructura del mercado se modifica debido a una conducta empresarial que está guiada por la eficiencia. Para justificar este argumento se recurre a la minimización de los costos de producción y de transacción. Las repercusiones sobre la estructura del sector son asumidas, pero desde una óptica puramente mecanicista, suponiendo una conducta de adaptación pasiva por parte de las empresas. El segundo enfoque, más propio de la Escuela Austriaca, es el del comportamiento estratégico y centra su punto de referencia en los agentes como decisores activos, que más allá de procurar su adaptación a condiciones de supervivencia, tratan deliberadamente de influir con su comportamiento sobre la estructura del sector, con la finalidad de lograr una imperfección relativa que les permita cierto poder de mercado y beneficios extraordinarios.
La Nueva Organización Industrial recoge además de las ideas de la Escuela de Harvard algunas de las ideas de la Escuela de Chicago, como el valor de la competencia potencial, los mercados contestables y algunas ideas de la Escuela Austriaca como los aspectos estratégicos y dinámicos del mercado. Además, al incorporar nuevas herramientas como los datos panel, la teoría de juegos y la economía experimental se supera el sentido unidireccional que va de la Estructura a la Conducta y de ésta a los Resultados y se evoluciona hacia un sentido en el que no solo los Resultados afectan a la Conducta y ésta a la Estructura sino que reconoce la influencia en ambas direcciones.
Escrito por Pablo Coto Millán. Director del máster de comercio, transportes y comunicaciones internacionales. Master Transcom de la Universidad de Cantabria.
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