Durante todo el siglo XVI en España predominó un alto pensamiento económico. Siendo muy notables las aportaciones y pensamientos de los escolásticos de la Escuela de Salamanca, sobre todo en la interpretación de la teoría del valor dependiente de la utilidad y de la “estimación común” para el pago de un precio y en la doctrina del “spice flow”.
Durante estos siglos, los españoles se hicieron con grandes cantidades de oro y plata en América. Convirtiéndose con ello el puerto de Sevilla en un imán para todo los comerciantes. Tras ello, hubo un aumento de precios que comenzó en Sevilla y más tarde en Castilla, Valencia y el resto de España.
Las entradas de oro y plata crecían hasta que a principios del siglo XVI Castilla entró en un periodo de inflación elevada. Las razones:
Por aquel entonces, la alta inflación fue percibida como una profecía de ruina, y si a ello se le sumaba el hecho de que no podía salir el oro ni la plata, la situación empeoró.
La situación económica de España empeoró tras la expulsión de los árabes y posteriormente de los judíos. Ambos grupos dejaron abandonados trabajos de agricultura y ganadería, comercio y artesanía y actividades artesanas, comerciales y de préstamos para con los gentiles.
Como consecuencia de ello, dejó de ser importante a mediados del siglo XVII as entradas de oro y plata.
En el siglo XVI, en España se desarrolló un alto nivel de pensamiento económico tal como señala Schumpeter (2012).
Al finalizar la Reconquista, muchas universidades españolas tuvieron un papel importante. La Universidad de Salamanca era famosa por los brillantes profesores que en sus cátedras enseñaban teología, filosofía, jurisprudencia, gramática, poesía e historia.
Francisco de Vitoria (1493-1546), fundador de la Escuela de Salamanca, fue catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca, después de haber enseñado en Valladolid. Existen noticias sobre sus intentos de reconciliar la doctrina tomista con los problemas jurídicos, éticos, políticos y económicos que se plantearon en el imperio español. A día de hoy, conocemos cuál era su opinión gracias a los apuntes de sus alumnos.
Otro de los fundadores de la Escuela de Salamanca fue Domingo de Soto (1495-1560), discípulo de Francisco de Vitoria en Paris, cuando aquel enseñaba en la Sorbona. En 1520 ocupó la cátedra de Metafísica en la Universidad de Alcalá. En el año 1532 ganó la cátedra de Teología cuando estaba en la Universidad de Salamanca. Su principal obra fue De justicia et jure, un extenso pensamiento sobre los problemas económicos y casos de usura, contratos, intercambios, seguros y alquileres realizados por cristianos, a través de los que trataba de establecer un precio justo siguiente tomista.
Los miembros de la Escuela de Salamanca se dieron cuenta de que los cambios en la oferta monetaria hacían subir los precios de los bienes y servicios. Esto a día de hoy puede ser claro, pero por aquel entonces no sabían nada. Hasta entonces, los precios lo intentaban explicar por cambios en la producción. Esta diferencia es importante, puesto que ahora existen dos vías de explicación: la del ajuste vía precios, frente al de cantidades.
Lo curioso es ver cómo a un grupo de teólogos les interesó debatir sobre el dinero hasta tal punto que llegaron a una primera versión de la teoría cuantitativa del dinero. Probablemente, la afluencia masiva de oro y plata de América a España dio lugar a precios más altos, más transacciones, más tipos de contratos. Los banqueros de aquel entonces, eran cambistas que guardaban el dinero, oro y plata en depósitos, eso sí, ante un previo pago. Estos iniciales banqueros podían hacer que otro cambista en Amberes entregara la cantidad al exportador de telas, evitando de esa forma que el dinero y oro se trasladase en grandes cantidades. Sobre todo porque además de costoso era muy peligroso.. El banquero o cambista requería el cobro por sus servicios de una determinada cantidad.
Por otra parte, encontramos la decisión y pensamiento de que no saliese grandes cantidades de oro y plata de España. Debiéndose éstas de evitar ya que empobrecían el país. En aquella época, a los cambistas-banqueros se les veía como conspiradores que provocaban el drenaje de oro y plata en España.
Martín de Azpilcueta (1493-1586) percibe el mecanismo de conexión directo entre dinero y precios. Y se da cuenta de cómo el oro y la plata procedente de colonias americanas afectaban la balanza comercial española. Con más oro y plata entrando en España, los ciudadanos tienen más dinero para gastar y, de hecho, gastan más. La demanda interna no satisface las necesidades de gasto y comienza una demanda de bienes a otros países (principalmente Flandes) en donde los precios son más bajos. Al importar cantidades de oro, subía el nivel del precio. De nuevo, como estos países tienen más oro y plata, demandarán bienes y servicios de otros países y estos de nuevo serán importadores a su vez de inflación. Al final, la situación se estabilizará de tal modo que algunos países tenían una balanza comercial sin déficit ni superávit. La explicación que proporciona Azpilcueta, habla sobre la teoría cuantitativa del dinero, ya que en tal teoría se dice que las variaciones en la cantidad de dinero positivas o negativas se traducen en variaciones de los precios positivas o negativas, siempre y cuando la velocidad de circulación del dinero y el nivel de renta sean constantes o varíen en la misma proporción.
Algunos autores importantes de la Escuela de Salamanca eran: Juan de Medina, Diego de Covarrubias y Leiva, Domingo de Báñez, Tomás de Mercado, Francisco García y Luis de Molina.
Luis de Molina (1535-1601) aportó interesantes intuiciones sobre la neutralidad del dinero en la teoría clásica. Para este autor la cantidad de dinero no aumenta la riqueza de un país. La riqueza reside en las personas, el capital humano, las tierras, las carreteras, los edificios e incluso, muy importante, la calidad de las instituciones.
Según Luis de Molina, cuando los precios fluctúan arriba y abajo, en un momento determinado los mercados tienen a ajustarse. Existiendo un pleno empleo de todos los recursos que se disponían. No obstante, el aumente de la cantidad de dinero no aumentaba la producción en los sectores, pues al aumentar en uno, disminuía en otro.
Sin lugar a dudas podemos decir que las intuiciones registradas de los principales fundadores de la Escuela de Salamanca soy muy acertadas. Tales intuiciones sobre el precio, como la resultante del valor subjetivo de la utilidad y del valor intersubjetivo de una estimación común de lo que había de ser el precio pagado, influyeron de un modo decisivo en la teoría económica clásica desde la “mano invisible” de Adam Smith hasta el modelo de “equilibrio general” de Leon Walras.
Grice-Hutchinson, M. (1982): El pensamiento económico en España (1177-1740). Editorial Crítica.
Schumpeter, J. A. (2012): Historia del Análisis Económico. Ariel. Economía.
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