Se ha documentado que Mansa Musa, el emperador del imperio Malí, fue el hombre más rico del mundo y de todos los tiempos, viajó a las ciudades de Tombuctú y Gao en su viaje hacia La Meca, haciéndolas parte de su imperio cuando regresó hacia 1325. Llevó la prosperidad económica y cultural a su pueblo. Así llevó arquitectos de Andalucía, de El Cairo, para construir el gran palacio en Tombuctú y la gran mezquita de Djingareyber, que todavía se mantiene.
Tombuctú se convirtió pronto en un centro comercial, cultural e islámico. Los mercados trajeron comerciantes de Nigeria, Egipto y diferentes reinos africanos. Se fundó una universidad en la ciudad, de la misma forma que se fundaron universidades en las ciudades también malienses de Djenné y Ségou, y el Islam se diseminó en los mercados y en la universidad, haciendo de Tombuctú una nueva zona de predicación y estudio del Islam.
Las noticias de la riqueza de la ciudad imperial de Malí cruzaron el Mediterráneo hasta Europa del sur, y los comerciantes de Venecia, Granada y Génova pronto añadieron a Tombuctú a su cartografía para comerciar bienes manufacturados a cambio de oro.
La Universidad de Sankore de Tombuctú fue equipada con nuevo personal durante el reinado de Musa, añadiéndose a su equipo juristas, astrónomos y matemáticos. La universidad se convirtió en un centro de aprendizaje y de cultura, atrayendo a académicos y estudiosos musulmanes de toda África y de Medio Oriente hasta Tombuctú.
Durante este período, se observó un nivel urbanístico avanzado en los principales centros de Malí. Sergio Domian, un estudioso del arte y la arquitectura italiano, escribió lo siguiente sobre este período: “Así fueron sentadas las bases de una civilización urbana. En el cénit de su poder, Malí tenía al menos 400 ciudades, y el interior del Delta del Níger estaba muy densamente poblado”.
Si bien el palacio de Musa ha desaparecido, la universidad y la mezquita todavía se mantienen en el actual Tombuctú.
La muerte de Mansa Musa ha sido objeto de intenso debate entre los historiadores modernos y entre los académicos árabes que registraron la historia de Malí. A partir de la comparación de los reinados de sus sucesores, tanto su hijo Mansa Maghan (cuyo gobierno se ha registrado entre 1332 y 1336) como su hermano mayor Mansa Suleyman (cuyo reinado se ha registrado entre 1336 y 1360), y los 25 años registrados de reinado de Musa, se puede fijar la fecha de su muerte aproximadamente en el año 1332. Otros registros declaran que Musa había planeado abdicar al trono a favor de su hijo Maghan, pero murió poco después de volver de La Meca en 1325. Además, de acuerdo a un relato de Abenjaldun, Mansa Musa estaba vivo cuando la ciudad de Tlemcen, en Argelia, fue conquistada en 1337, dado que envió representantes a Argelia para felicitar a los conquistadores por su victoria. El misterio de la muerte del Mansa Musa nunca fue desvelado.
Con el tiempo del antiguo Imperio Malí se disgregó el Imperio de Ghana y algunos territorios limítrofes y, Malí fue decayendo económicamente. Hoy Malí ocupa el puesto 184 de la lista de 189 países por su Índice de Desarrollo Humano y el 36% de sus ciudadanos viven en la pobreza extrema. Sin embargo, Malí es hoy un país con 20 millones habitantes, autosuficiente en cereales como mijo y sorgo, con una producción del 93% del arroz que es capaz de consumir, también tiene excedentes agrícolas y ganaderos que le permiten ser el primer exportador del continente africano de algodón y el segundo de ganado. Posee una importante producción de pescado y de electricidad de las presas de los dos grandes ríos que atraviesan su territorio el Níger y el Senegal. Además, es el tercer productor africano tras Ghana y Sudáfrica de oro y productor también de fosfatos y petróleo.
¿Cómo aquel imperio de malí ha llegado a ser hoy uno de los países más pobres del mundo? La explicación es el mal funcionamiento de las instituciones. Las instituciones no ofrecen seguridad en los derechos de propiedad y el país se encuentra amenazado por la violencia yihadista. Las instituciones funcionan con una de las mayores corrupciones del mundo. Los emprendedores se encuentran extorsionados sistemáticamente por los funcionarios del gobierno. El pago de sobornos a empleados públicos, las actividades de financiación a conseguidores y a políticos que luego devuelven en modo de prebendas sus favores forma parte del funcionamiento habitual. Este sistema de instituciones más “extractivas” que “inclusivas” genera la pobreza y el fracaso económico de Malí.
El 18 de agosto de 2020 un grupo de soldados, dirigidos por el coronel Assimi Goita, dieron el cuarto golpe de Estado en la historia de Malí. La junta militar presidida por Assimi Goita rige ahora los destinos de Malí.
Escrito por Pablo Coto Millán. Director del máster de comercio, transportes y comunicaciones internacionales. Master Transcom de la Universidad de Cantabria.
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