Pocos autores son tan citados al hablar del emprendedor empresarial como Schumpeter. El caballero austriaco Schumpeter desarrollo el concepto de emprendedor como ningún otro economista anterior a su época. Schumpeter quería vivir como un caballero y enseñar en la Universidad (Cabrillo, 2006). Sin duda tenía una visión romántica de los valores de un caballero y de la Universidad. Llegó a batirse en duelo con el bibliotecario para que sus estudiantes pudieran acceder con libertad a los libros que él les recomendaba (Kishtainy, 2019). Con esta visión romántica de la vida no es de extrañar que Schumpeter tuviera gran admiración por los emprendedores. Para él un emprendedor era como un caballero feudal que dedicaba sus energías al emprendimiento y al desarrollo económico en lugar de a las batallas contra el enemigo.
Schumpeter (1883-1950), nació en Triesch (Moravia), parte entonces del imperio austro-húngaro. En la Universidad de Viena estudió Derecho y Economía con los profesores Friedrick Von Wieser y Eugen Von Bohm-Bawerk, aunque a diferencia de ellos no puede considerarse un miembro de la denominada “escuela austriaca”. Tampoco puede ser considerado un miembro de la “escuela neoclásica” pues en sus obras se manifestó muy crítico con la idea de equilibrio parcial de Marshall y de equilibrio general de Walras a largo plazo. Fue Ministro de Hacienda de Austria tras la Primera Guerra Mundial durante unos meses, y después de dirigir el Banco Biederman, pasó a ocupar el puesto de catedrático en la Universidad de Bonn. En 1932 se fue a Estados Unidos como catedrático en la Universidad de Harvard.
Es cierto que existen antecedentes en la literatura de Cantillon, Say, Ricardo, Mill y Marshall refiriéndose a la figura del emprendedor. No obstante, en Schumpeter el emprendedor es el verdadero protagonista del desarrollo económico.
Schumpeter en su libro “Teoría del desarrollo económico”, publicado en alemán en 1911 y en inglés en 1934 (Schumpeter (1983)), continúa el concepto de emprendimiento que ya Cantillon y Say, habían iniciado y difiere del concepto de empresario marshalliano. Marshall, probablemente el más digno representante de la escuela neoclásica, en sus “Principios de Economía Política” reconoció por primera vez la necesidad del empresario para llevar a cabo la actividad productiva.
Marshall introdujo el concepto de que los factores de producción no son tres, sino cuatro. A los factores tradicionales: tierra, trabajo y capital, le agregó la organización, y la definió como el factor coordinador u organizador de otros factores, el empresario atrae a otros factores y los agrupa. Marshall creyó que el empresario es el elemento que está detrás de la organización, manejándola. Estableció que los empresarios son líderes por naturaleza y están dispuestos a actuar bajo las condiciones de incertidumbre que causa la ausencia de información completa. Por otra parte, al igual que Mill, aseguró que los empresarios (que Mill denominaba emprendedores) poseen numerosas habilidades especiales y que son pocas las personas que pueden definirse de esa manera. Sin embargo, reconoce que una persona puede aprender y adquirir dichas habilidades. No obstante, en la teoría del equilibrio parcial de Marshall el beneficio extraordinario del empresario solo existirá a corto plazo, ya que a largo plazo la existencia de competencia perfecta hará que los beneficios extraordinarios atraigan a otros empresarios aumentando la oferta de los productos en la industria hasta que los beneficios extraordinarios desaparecen con un precio, una cantidad ofrecida y demandada de equilibrio.
Con la idea de equilibrio parcial de Marshall y con la idea de equilibrio general de Walras, que básicamente es extender el resultado del equilibrio en un mercado a todos los mercados, no estaba de acuerdo Schumpeter. Para Schumpeter tal equilibrio de mercado nunca existía, o si lo hacía era muy circunstancialmente, la tendencia a largo plazo es que existieran crisis como consecuencia de los sucesivos ciclos económicos generados por emprendedores, en donde el emprendimiento consiste en poner en práctica nuevas combinaciones de medios productivos.
El desarrollo económico de Schumpeter hace que se pongan en práctica de combinaciones de medios productivos. Estas nuevas combinaciones cubren los casos siguientes:
1) La introducción de un nuevo bien – esto es, uno con el que no se hayan familiarizado los consumidores- o de una nueva calidad de un bien.
2) La introducción de un nuevo método de producción, esto es, de uno no probado por la experiencia en la rama de manufactura de que se trate, que no precisa fundarse en un descubrimiento nuevo desde el punto de vista científico, y que puede consistir simplemente en una forma nueva de manejar comercialmente una mercancía.
3) La apertura de un nuevo mercado, esto es, un mercado en el cual no haya entrado la rama especial de la manufactura del país de que se trate, a pesar de que existiera anteriormente dicho mercado.
4) la conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento de materias primas o bienes semimanufacturados, haya o no existido anteriormente como en los anteriores casos.
5) La creación de una nueva organización de cualquier industria, como la de una posición de monopolio (por ejemplo, por la formación de un trust) o bien la anulación de una posición de monopolio existente con anterioridad.” (Schumpeter, 1983).
Schumpeter (1983) utilizó en su libro sobre el desarrollo económico el término emprendedor, lo matizó además en sucesivas ediciones, a veces utilizaba el término hombre de negocios, otras veces empleaba las palabras empresario innovador, pero siempre distinguiendo entre el propietario de los medios de producción o prestamista de fondos, al que denominaba capitalista y el hombre de negocios, el empresario innovador o emprendedor que debía hacer frente al cambio repentino de los hechos. Cuando se refería a los hechos no necesariamente aludía a los cambios de los gustos de los consumidores, sino al proceso del propio emprendedor, educando si fuera necesario a los consumidores hacia productos nuevos de las ya existentes.
En definitiva, el emprendedor schumpeteriano produce con nuevas combinaciones de medios productivos para favorecer y caracterizar el desenvolvimiento económico.
En esta misma obra Schumpeter aborda los ciclos económicos en el crecimiento económico y considera que son los emprendedores los que generan las crisis cíclicas en el capitalismo. El argumento de Schumpeter descansa en que los emprendedores surgen por oleadas. Las oleadas de inventos no tienen por qué coincidir con las oleadas de innovaciones que se pongan en práctica en una sociedad por parte de los emprendedores. El ejemplo lo tenemos en las invenciones de los chinos de la pólvora, la imprenta, los sistemas de regadíos y muchas otras invenciones que en un sistema imperial no se generalizaban para el uso del consumidor. Por eso el capitalismo favorece las oleadas de innovaciones que si llegan a los consumidores.
Los empresarios innovadores schumpeterianos o emprendedores schumpeterianos son verdaderos héroes herederos de los caballeros que canalizaban sus energías hacia la industria en vez hacia las batallas. Ellos eran los verdaderos creadores de riqueza para la sociedad. El mismo Schumpeter dando muestras de su espíritu emprendedor invirtió en toda clase de negocios y en 1924 tuvo importantes pérdidas que le llevó años pagar (Kishtainy, 2019).
Para Schumpeter los emprendedores no persiguen competir en los mercados, sino más bien monopolizar mercados. Las innovaciones de los emprendedores van dirigidas a monopolizar mercados no a competir con los productos existentes. El equilibrio parcial y general neoclásico a largo plazo no va a ser la tendencia en un mundo en donde predominan los emprendedores. Son los incentivos de obtener grandes beneficios extraordinarios los que animan a los emprendedores a arriesgarse. Incentivos a monopolizar industrias basadas en las innovaciones que pongan en funcionamiento. El desarrollo económico tiene como principal motor al emprendedor. De hecho, Schumpeter construye una teoría del desarrollo económico a partir de su teoría del emprendedor. Sin emprendedores con iniciativa, visión e imaginación no se llevarán a cabo innovaciones y no existiría desarrollo económico. Los verdaderos líderes de la sociedad capitalista son los emprendedores.
Schumpeter (1988) en otra obra fundamental titulada “Capitalismo, Socialismo y Democracia” publicada en 1950 plantea el concepto de “destrucción creativa” como el principal motor que el emprendedor (“empresario innovador”) pone en marcha en el capitalismo. De ahí que en esta obra Schumpeter se plantee la desaparición del capitalismo como una consecuencia del desequilibrio dinámico permanente y de la insatisfacción que generan tales ciclos y desequilibrios en los intelectuales.
Schumpeter emplea el término de “destrucción creativa” para aludir a la destrucción de las empresas antiguas que generan los emprendedores con sus innovaciones y nuevas empresas. La “destrucción creativa” de Schumpeter es necesaria en el capitalismo. Más aún el verdadero motor de la investigación es el beneficio extraordinario esperado con la puesta en marcha de una innovación. Dado que para innovar es necesario invertir según Schumpeter hay que proteger con patentes a las innovaciones que son fácilmente replicables por otros empresarios competidores del realmente innovador.
Las patentes no son otra cosa que barreras de entrada a una industria favorecedoras de los monopolios. Por eso Schumpeter defiende las prácticas monopolísticas como beneficiosas para la sociedad en contra de los clásicos y neoclásicos.
Como se ha dicho Schumpeter es muy crítico con la “escuela neoclásica” respecto al concepto de equilibrio marshalliano y walrasiano, aunque adopta una posición de desequilibrio y competencia imperfecta que ayuda al buen funcionamiento económico. También se muestra muy crítico con la “escuela austríaca” en cuanto a la teoría de los ciclos económicos ya que para Schumpeter están más vinculados a las oleadas innovadoras que a la teoría austríaca de los ciclos económicos que se fundamenta más en la naturaleza del sistema crediticio.
Hay que decir también que Schumpeter era muy crítico con las teorías de Keynes respecto a la posibilidad de que los gobiernos podían evitar depresiones económicas como la gran depresión de los años 30 (Kishtainy, 2019). En opinión de Schumpeter las intervenciones de los gobiernos en la actividad económica favorecen soluciones cortoplacistas y el capitalismo es un constante cambio que manifiesta sus aportaciones a largo plazo.
En definitiva, Schumpeter no se puede adscribir a ninguna escuela de pensamiento ni neoclásica, ni austriaca, ni keynesiana. La predicción de Schumpeter realizada en 1950 del fin del capitalismo basada en la tendencia rutinaria y jerárquica de las grandes corporaciones y en la frustación de los intelectuales como miembros de la cima de la sociedad no se ha cumplido. Es decir, el capitalismo según Schumpeter acabará desapareciendo víctima de su propio éxito. La razón de esta predicción es que para Schumpeter las empresas y grandes corporaciones acabarán realizando las funciones del emprendedor, y al desaparecer el emprendedor finaliza el espíritu y verdadero motor del capitalismo.
Es cierto que el sistema capitalista ha evolucionado hacia economías de tipo socialdemócrata o economías mixtas por épocas. Esto es, el sistema ha evolucionado desde los años 50 hacia un mayor Estado del Bienestar hasta los años 80, sin embargo, desde entonces hasta la actualidad el Estado del Bienestar ha disminuido de modo importante en todos los países que lo habían promovido.
Por otra parte, desde los años 80 la aparición de Internet, de los ordenadores personales y de su generalización a los consumidores, de la llegada de los nuevos emprendedores de las tecnologías de información y comunicación, ha generado una nueva “destrucción creativa” con crisis importantes como la crisis de las punto.com del año 2000 y la crisis financiera de 2008.
Es muy posible que con la crisis del Covid-19 las diferentes variantes que hoy existen de sistemas capitalistas de nuevo vuelvan hacia un mayor Estado del Bienestar.
Cabrillo, F. (2006): Los economistas extravagantes. Edita libertad digital y Hoja perenne.
Kishtainy, N. (2019). Breve historia de la Economía. Biblioteca nueva.
Schumpeter, J. A. (1988): Capitalismo, Socialismo y Democracia. Tomos I y II. Biblioteca de Economía. Edita Orbis.
Schumpeter, J. A. (1983): The theory of economic development. An inquiry into profits, capital, credit, interest, and the business Cycle. Transaction Publishers, New Bruswick, New Jersey. Original material 1934 by the president and fellows of Harvard College.
Escrito por Pablo Coto Millán. Director del máster de comercio, transportes y comunicaciones internacionales. Master Transcom de la Universidad de Cantabria.
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