Las fake news (o noticias falsas) son las narraciones puestas al servicio de los intereses particulares con la finalidad de manipular nuestras emociones.
Todo se reduce a analizar los costes, los ingresos y los beneficios esperados a la hora de generar una fake news.
En el funcionamiento de toda sociedad hay una base económica explicable a partir de precios y mercados. Imaginemos el mercado de información. Uno “a priori”, supone que, en el mercado de la información, tratada ésta como una mercancía, la calidad de la misma está en la veracidad de la información. Un medio será más cotizado cuanto más veraz sea la información que proporciona. Sin embargo, proliferan desde siempre las fake news.
Si un medio de información no puede competir con los medios de información que ya tienen un mercado consolidado basado en la “verdad”, genera un segmento de mercado nuevo de información escandalosa, ruidosa, morbosa, incluso de fake news, con una narrativa aparentemente verdadera. El nuevo medio estima los costes en términos de demandas judiciales, compensaciones, condenas y sanciones, y si tales costes le suponen menos que los beneficios de funcionar en ese segmento de mercado elaborará fake news. De nada importa que funcione ilegalmente atentando contra el honor de las personas, de los grupos étnicos, ideológicos y sociales. No importa el riesgo de sanciones y condenas cuyos costes esperados sean menores frente a los ingresos de mayor notoriedad, venta o compensaciones recibidas de las partes beneficiadas por las fake news. Si el saldo es beneficioso, tales medios de información van a quebrantar siempre la ley.
Los costes de generar noticias falsas desde la antigüedad hasta hoy suelen ser muy pequeños en relación a los ingresos. Por tanto, hay muchas ocasiones en las que existen beneficios, perjudicando ilegalmente a personas, grupos sociales o grupos políticos con la fabricación de fake news. Piénsese, por ejemplo, en fabricar noticias falsas para perjudicar a unos determinados partidos políticos antes de las elecciones por parte de grupos de interés más beneficiados por el gobierno de otros partidos políticos. Aquí confluyen la teoría económica del crimen y la teoría económica de la elección pública, muy fructíferas en los últimos setenta años. En la teoría económica del crimen, un individuo delinque y roba un banco si en su estimación de riesgos, los beneficios esperados son más elevados que los costes.
El coste de generar la leyenda negra sobre la conquista de América realizada por el reino de España, era muy bajo para los ingleses, portugueses y holandeses, frente a los beneficios que podían obtener cuando se disputaban y competían en los mismos mercados.
Todo se reduce a una estimación intertemporal de costes y beneficios.
El collar de diamantes realizado por los joyeros franceses por Luis XV para su amante Madame du Barry, con la intermediación de la condesa Jeanne de Valois de la Motte, supuesta amiga de la reina, pasa a ser el detonante para que los jacobinos solivianten al pueblo francés y que se alce contra Luis XVI. La compra del collar no fue realizada por María Antonieta, sino por un estafador contratado por la condesa de Valois de la Motte. Al final, se acusa a María Antonieta de urdir un plan para humillar a la nobleza y burguesía francesa. La nobleza y burguesía francesa desacreditan a la reina y contagian con su indignación al pueblo francés. El proceso, aunque condena a la condesa de Valois de la Motte (que huye a Inglaterra), hunde la reputación de la reina ante la nobleza, la burguesía y el pueblo francés. Todo esto ocurrió en 1785, poco después, en 1789, estalla la revolución francesa y la condesa de Valois de la Motte es invitada a volver a Francia como una heroína. La condesa acabó su vida por una caída desde la ventana de su domicilio antes de volver a Francia. No sabemos si provocada o accidental. Como todos sabemos, la reina María Antonieta fue ejecutada en la guillotina el 16 de octubre de 1793.
Indudablemente, los jacobinos fueron muy favorecidos por las fake news, como la del collar de diamantes o la frase atribuída a la reina de “si no tienen pan que coman pasteles”, que pudo haber sido una tergiversación de “a falta de pan buenas son tortas” para hacer caer el viejo sistema feudal.
Las noticias falsas sobre el espionaje alemán en el ejército francés le costaron al capitán Dreyfus una condena a trabajos forzados. Solo después de mucho penar y de un movimiento en la prensa encabezado por Emile Zola, Dreyfus, fue declarado inocente.
El coste de fake news sobre Hilary Clinton para quienes eran partidarios de que Trump ganara las elecciones, tampoco parece muy elevado si se compara con los beneficios.
Desgraciadamente, el poder político, empresarial y financiero se aprovecha del poder de las historias para manipular a la opinión pública.
Se inventan relatos ideados individualmente o en grupos y dramatizados por personas y grupos, con la finalidad de desprestigiar a alguien o algún grupo étnico o social.
Las fake news, existen desde siempre, apelan al miedo y a la ira contra los judíos, los negros, los chinos, o determinados grupos religiosos, sociales y políticos tratando de sacar de todos nosotros emociones negativas.
Es importante saber que con las fake news no solo pierden los calumniados, sino el conjunto de la sociedad. Los medios y periodistas que viven de las fake news son individuos que toman decisiones económicas como las que toma un tendero, un taxista o un banquero. Es decir, guiadas por la rentabilidad. La única forma de combatir las fake news es hacer que no sean rentables. Solo sanciones más elevadas y condenas más largas a los delincuentes de las fake news serán disuasorias.
Por otro lado, es importante que al analizar las noticias que recibimos, reflexionemos sobre nuestros impulsos narrativos a la hora de relatar anécdotas a nuestros familiares y amigos, bien con motivos jocosos o adornos innecesarios para suscitar el interés de nuestros oyentes. Ser conscientes de nuestros propios impulsos narrativos y de aquellos de los familiares y amigos que nos rodean puede ayudarnos también a resistir las prácticas manipuladoras del engaño por parte los medios de información que viven de las fake news.
Como solución individual al problema de las fake news es muy importante practicar y enseñar a practicar el pensamiento crítico. Con el pensamiento crítico puede cuestionarse todo, aunque a primera vista parezca una verdad razonable.
Escrito por Pablo Coto Millán. Director del máster de comercio, transportes y comunicaciones internacionales. Master Transcom de la Universidad de Cantabria.
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